La reciente destrucción en Brasil de un cargamento de cerezas chilenas por la presencia de una plaga cuarentenaria encendió nuevamente las alarmas en el sector exportador. Más allá del impacto puntual, el hecho vuelve a instalar una conversación urgente: la inocuidad debe fortalecerse de manera preventiva en los packings, y las soluciones tecnológicas de higiene industrial han pasado a ser un estándar indispensable para proteger la fruta chilena.
Por años, Taglermaq ha trabajado con tecnologías de desinfección, higiene continua y control microbiológico usadas en industrias de alto estándar como alimentos, pharma, lácteos y procesados. Estas soluciones no solo actúan sobre microorganismos, sino que ayudan a reducir riesgos asociados a plagas microscópicas, mohos, levaduras y contaminación cruzada, factores que pueden derivar en rechazos sanitarios tan complejos como el ocurrido en Brasil.
En una planta procesadora de cerezas, miles de bandejas, envases, superficies de contacto, volúmenes de aire y equipos se ponen en movimiento simultáneamente. Por eso, la tendencia global es integrar tecnologías que operen sin residuos químicos, de forma continua y capaces de intervenir puntos críticos sin interrumpir la producción. Entre ellas destacan varios sistemas avanzados que Taglermaq implementa en Chile.
El túnel de desinfección SteriGate 250 permite tratar materiales de empaque como cajas y bandejas antes de ingresar al área de alto estándar. Su diseño evita zonas de sombra gracias a su banda de malla abierta y elimina microorganismos en segundos mediante una alta dosis de radiación. Es una tecnología usada internacionalmente en entornos de “high care”, donde la seguridad del producto es prioritaria.

Para las bandas transportadoras, uno de los puntos más expuestos a contaminación cruzada, existe el sistema SteriBelt 2.0, equipado con lámparas de alta potencia que emiten una gran proporción de su energía directamente hacia la superficie. Su construcción en acero inoxidable, su protección contra agua y polvo, y su tecnología de lámparas planas lo hacen ideal para ambientes fríos y húmedos, como los presentes en la industria de la cereza.
La calidad del aire también juega un rol clave. En salas frías o de embalaje donde el movimiento de personal y la humedad favorecen la dispersión de patógenos, equipos como el UVELIOS 500 permiten mantener un ambiente controlado al tratar grandes volúmenes de aire de forma continua. Su diseño sellado, operación silenciosa y capacidad para funcionar incluso a bajas temperaturas lo convierten en un complemento esencial para reducir riesgos invisibles pero críticos.
Finalmente, los sistemas DTS de inmersión permiten desinfectar agua de proceso, duchas de selección, bins y superficies mojadas. Estas lámparas, completamente sumergibles y de alto rendimiento, ayudan a controlar microorganismos presentes en agua o humedad residual, evitando que biofilm o restos vegetales se conviertan en vectores de contaminación entre lotes.

Lo ocurrido en Brasil debe entenderse como una advertencia y, al mismo tiempo, una oportunidad: la industria chilena tiene acceso a tecnologías probadas durante décadas en sectores alimentarios altamente regulados. Su integración en los procesos de la fruta permite reducir riesgos, mejorar la trazabilidad sanitaria y elevar el estándar de protección en un mercado cada vez más exigente.
Chile ha construido su prestigio internacional sobre calidad, seguridad y confianza. Hoy, reforzar la inocuidad mediante soluciones tecnológicas avanzadas es clave para proteger ese valor y asegurar que la fruta chilena siga llegando al mundo con los más altos niveles de seguridad y excelencia.
Conoce más acerca de esta tecnología en Taglermaq.